Misi. Hembra de gato común europeo de unos 10 años, esterilizada y que siempre ha vivido en su casa con Maria Luisa, soltera, de 82 años.
A consecuencia de un microinfarto cerebral que derivó en un diagnóstico de deterioro cognitivo, Maria Luisa se trasladó a una residencia que hay a pocos metros de su casa. Desde entonces cada día Misi, que permanece en la casa, recibe durante unas horas la visita de María Luisa que, bajo supervisión, se ocupa de su cuidado. Para María Luisa esas horas que pasa en su casa con su gata suponen un esfuerzo por frenar el deterioro de su memoria y refuerzan su identidad. El mundo de Misi pretende documentar la soledad, el vacío y la incomunicación que provoca la pérdida de la conciencia y el esfuerzo por la preservación de las huellas de la memoria.